lunes, 12 de mayo de 2008

a San Francisco... ¡Oh hermano Ernestísimo, ovejuela de Dios!:


gracias mi hermano, de verdad te aprecio... aprecio tu ejemplo.... qué seria de este mundo sin ti.... realmente cambiaste la historia y mi historia con tu bendito ejemplo....


por ti miro, eres una vision de Dios, lo eres, pues te muestras ante mis ojos para enseñarme (sin palabras) tantas cosas, la profundidad de la cercanía con Él es posible!!!!!!!!!!! tu vida me lo hace ver, sentir, me lo grita!!!


qué dulce y qué amable es... despojarse por Él de algo... de lo material o del orgullo... qué dulce y qué amable!!! sabernos dominar y sufrir sin impacientarnos!!!


ohhh hermano, maestro ".. en todos los hechos de tu vida fuistes conforme a Cristo Bendito..", dicen tus florecillas, te pido que hagas, amadísimo hermano, que ese también sea mi lema de vida....


dímelo, dímelo igual, como se lo dijiste al hermano Leon:


¡Oh hermano Ernestísimo!: aun cuando el hermano Ernestísimo diera en todo el mundo grande ejemplo de santidad y de buena edificación, escribe y toma nota diligentemente que no está en eso la alegría perfecta....


¡Oh hermano Ernestísimo!: aunque el hermano Ernestísimo devuelva la vista a los ciegos, enderece a los tullidos, expulse a los demonios, haga oír a los sordos, andar a los cojos, hablar a los mudos y, lo que aún es más, resucite a un muerto de cuatro días, escribe que no está en eso la alegría perfecta.


¡Oh hermano Ernestísimo!: aunque el hermano Ernestísimo llegara a saber todas las lenguas, y todas las ciencias, y todas las Escrituras, hasta poder profetizar y revelar no sólo las cosas futuras, sino aun los secretos de las conciencias y de las almas, escribe que no es ésa la alegría perfecta.


-- ¡Oh hermano Ernestísimo, ovejuela de Dios!: aunque el hermano Ernestísimo hablara la lengua de los ángeles, y conociera el curso de las estrellas y las virtudes de las hierbas, y le fueran descubiertos todos los tesoros de la tierra, y conociera todas las propiedades de las aves y de los peces y de todos los animales, y de los hombres, y de los árboles, y de las piedras, y de las raíces, y de las aguas, escribe que no está en eso la alegría perfecta.


-- ¡Oh hermano Ernestísimo!: aunque el hermano Ernestísimo supiera predicar tan bien que llegase a convertir a todos los infieles a la fe de Jesucristo, escribe que ésa no es la alegría perfecta.



si, y yo te diré:

-- Padre, te pido, de parte de Dios, que me digas en que está la alegría perfecta



y me dirás:


por encima de todas las gracias y de todos los dones del Espíritu Santo que Cristo concede a sus amigos, está el de vencerse a sí mismo y de sobrellevar gustosamente, por amor de Cristo Jesús, penas, injurias, oprobios e incomodidades. Porque en todos los demás dones de Dios no podemos gloriarnos, ya que no son nuestros, sino de Dios; por eso dice el Apóstol: ¿Qué tienes que no hayas recibido de Dios? Y si lo has recibido de Él, ¿por qué te glorías como si lo tuvieras de ti mismo? (1 Cor 4,7). Pero en la cruz de la tribulación y de la aflicción podemos gloriarnos, ya que esto es nuestro; por lo cual dice el Apóstol: No me quiero gloriar sino en la cruz de Cristo (Gál 6,14).


A Él sea siempre loor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

1 comentario:

Alan dijo...

Cuanta verdad!!! cuanta verdad!!!