también estaba pensando en aquello que nos dijo Jesús: "...por sus frutos los conocereis..." esto parece implicar que a veces las cosas no son claras a los ojos, los caminos no tan fáciles de discernir, por ello habrá que tener prudencia en el monto a arriesgar (hablando analógicamente) y ser capaces de ir viendo y observando poco a poco los resultados y frutos que va produciendo nuestra decisión.
en esto pues cabe la prudencia, ".. el prudente ve el peligro y se esconde, el necio sigue adelante y paga el precio .." (Proverbios), por lo tanto es verdad que a veces hay caminos que no se sabe con certitud si son buenos o malos, pero suele ser visible que son "sospechosos", y si bien arriesgar es parte de la vida, una cosa es ser valiente y otra muy distinta es ser temerario.... si uno arriesga en un camino debe tener la responsabilidad y el buen juicio de saber a lo que se mete y asumir el dolor y la responsabilidad por lo que arriesga... por tanto si no esta en capacidad de hacerlo es mejor abstenerce del riesgo.
hablando de algo similiar y en esto de enfrentar el mal y sus zancadillas.... en la vida diaria y desde la niñez, aprender es muchas veces prueba y error. Probablemente lo es también en este combate, digo, lo que no quiero es generalizar, en mi al menos asi es... y lo fue para San Ignacio.. pero sigo insistiendo en que no se si es igual con todos.... prueba y error prudente y no temeraria diría yo, porque la prudencia es también amor y es también bien, prudencia y responsabilidad.
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