domingo, 31 de agosto de 2008

de las zancadillas


también se me ocurrió hablar de las zancadillas.


...del diablo, le describe la Palabra de Dios le describe como "la serpiente antigua... el diablo o satanás" no es gran misterio, ni es asi tan oculto, es más bien por evidencias, demasiado contidiano, algo de todos los días...


... entonces te trazas un plan, uno de esos que con buena intención planteamos hacia el bien común o hacia el bien mayor... el bien común como por ejemplo obras de caridad y cosas semejantes... el bien mayor como de acercarte o acercar a otros a Dios...


... odia ambas pero mas la segunda, contra ella lanza todo lo mejor que tiene, casi nunca queda tranquilo, digo, por experiencia personal... hablemos un poco de ello: contra los planes en los que colaboro con Dios para mi vida contabilizo no sé, unas seis armas talves, que a veces son efectivas por puro descuido, o bien porque "la carne es débil, pero el Espíritu es animoso.. orad para que no caigais en tentación"... en resumen diré que el ataque suele empezar en la mente y culminar en las emociones, las que finalmente te detienen, retrasan o simplente te hacen pecar.


... si, es muy simple.. pero no lo es tanto.. necesitamos pedir de Dios muxas armas para vencerle, porque es muy escurridizo, engañoso y a veces hasta difícil de detectar... suele meter el mal con disimulo en el bien... por ejemplo: nos da lo que es bueno.... pero en un mal momento, y el mal momento convierte el acto en malo... usa verdades a medias: "...si lo pruebas serás como Dios que conoce el bien y el mal..." pero en letras pequeñas decía más abajo "solo que no estás preparado para ese conocimiento, y te llevará a la ruina"... seduce a nuestro corazón para que, del bien que hacemos busquemos algo a cambio, en lugar de tener un total desinterés (qué mérito especial hay en hacer el bien a quien el bien nos devuelve en igual medida)... en fin, hay caminos buenos que en realidad conducen a la ruina, como diría el libro de Proverbios, pues mucho gusta hacer uso de esos caminos, hacerlos parecer buenos, pero conducen a la ruina...


yo no sé si habrá alguien que nunca haya caído en sus redes, al menos de San Ignacio de Loyola sí se cuenta algo, no he encontrado mucho en san Francisco, pero bien, san Ignacio aprendió mucho del discernimiento del espíritu malo y del bueno, recibió esa sabiduría y ese don de Dios para no dejarse engañar y detectarle, pero antes tuvo que caer y levantarse...


no sé si a todos nos tocará, descubrir y descubrir con humildad y paciencia el como, el cuando y el dónde caemos, y tomar las armas para defendernos.....


y me pregunto ¿adonde está la clave en esto?


pienso en dos cosas:


1. aprender de otros para reducir las caídas propias, pues aunque es más efectivo aprender en cabeza propia, es sin duda más sabio aprender en cabeza ajena.


2. no ser conformista, minimizar el daño o peor aun sentirnos "santos" con desden o ceguera de lo que nos falta realmente.


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