lunes, 8 de febrero de 2010

Eternidad sobre la Espalda




Sed de Eternidad.
Si.
Salvo el desnudo frio de los sentidos,
salvo eso, todo es sed de eternidad.

Salvo lo que queda, del ayer que dije Si,
el hoy que dice No, por el frio, desnudo..
salvo eso, todo es sed de eternidad.

Salvo la espina que me espina,
el desprecio que me desprecia,
la traicion que me traiciona
y no tanto eso, sino la falta de espalda carpintera
para levantarte con fierté francesa y valor caballersco...
salvo eso, todo es sed de eternidad

y es por esos, por todos esos,
que no te tengo aun..
para contemplar tu rostro cara a cara
como lo hacen los amigos...
y estar en el lugar, lugar preciso
a tu lado fiel y que tu sepas
que puedes contar conmigo sin demora
sin reservas, sin pretextos, sin sensuras
en mi amar, en mi tiempo, en mi dinero,
en mi casa, en mi trabajo o en todo eso...
todo eso sin tenerlo si tu quieres
sin tener, sin ser amado, sin ser servido
sin respeto, sin aplausos, sin resguardo
o en el extremo del dolor o de la angustia
de quien no tiene o que tiene muchos hijos
con amor pero sin pan en abundancia
o del que duerme en en la calle sin un techo
o sin comida va muriendo poco a poco
o el anciano que ve sus fuerzas escaparse
o del cojo, del que es ciego o bien mudo
del que no ha visto la luz en esta vida
o del que sufre al asecho del malvado,
del que es nino y no sabe defenderse
o de tantos otros que aunque quiera no recuerdo.

pues bien esto es asi y es posible
porque la eternidad llama y el dolor es su barrera
su puerta de entrada y a la vez, su frontera
pues ella es dulce al paladar de la vision primera
pero para perseverar requiere espalda carpintera.

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